domingo, 3 de noviembre de 2013

Los inicios

¿Cómo empezó esto? Pues casi que ni yo misma sé el por qué me dió por recuperar esta aficción que creía perdida.

La verdad es que hacía años que no cogía estos elementos de costura, si me pongo a pensarlo desde los años del colegio y no porque en el colegio nos enseñaran a hacer ganchillo o crochet, al menos no en el mío, si no porque en mi casa siempre se han hecho labores de costura como una forma de pasar las aburridas tardes del  otoño-invierno o esas primeras horas de las tardes de verano que sólo las lagartijas resisten fuera de casa.

Sé por qué dejé de hacer ganchillo y es que no me gustan las casas llenas de tapetes, ni esos colores chillones que a veces se usan en los cojines o esas mezclas de colores ochenteras, tampoco me gusta la moda del amigurumi, no creo necesario que nuestras estanterias cambien las figuitas de porcelana por las de lana, ni las bolas del árbol de navidad dejen de ser de cristal, simplemente me gustan las cosas prácticas.

Pues en mi caso este verano se juntaron dos hechos que hicieron que buscara una ocupación a las muchas horas que iba a pasar en casa sin casi poder nada; el que me tuvieran que operar a primeros de Julio y que pasara el postoperatorio de mes y medio en mi pueblo, por lo que ir a un centro comercial a pasar las tardes de verano como muchos madrileños era imposible y debido al proceso de cicatrización lento de la cirugía la piscina la tenía completamente prohibida, pues dió como resultado que cogiera el hilo y el ganchillo y empezara a probar y probar a tejer y deshacer mil veces hasta que poquito a poquito fueron saliendo cositas.

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